LA FAUNA SILVESTRE EN ESTADO DE EMERGENCIA EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
D'yanira Olenka
Patiño Vela

Estudiante de Biología.
19 mayo 2020
Campaña Ellos nos necesitan (2020).
Fuente: SERFOR.
En estos días, debido al aislamiento obligatorio, hemos observado como la fauna y flora han comenzado a retomar áreas de donde hace mucho fueron desplazadas. Definitivamente nos hace reflexionar sobre los seres vivos que habitan libremente en los ecosistemas que nos rodean, sin embargo, no todos ellos se encuentran viviendo esta forma de vida. Es sabido que existen animales que se encuentran en cautiverio porque han sido víctimas del comercio ilegal de fauna silvestre.
El tráfico de vida silvestre (excluyendo los productos hidrobiológicos y la madera) genera entre US$ 7800 y 10000 millones por año y, únicamente, el comercio ilegal de productos hidrobiológicos no regulado (no reportado o irregular), genera entre US$ 4200 y 9500 millones por año. Si sumamos estas cifras con el valor del tráfico ilegal de madera, que llega a US$ 7000 millones al año, el tráfico de vida silvestre se coloca dentro de los cuatro comercios ilegales más lucrativos del mundo, luego del narcotráfico, el tráfico de personas y el tráfico de productos falsificados [1].
Las condiciones en las que se capturan, transportan y comercializan animales silvestres son la principal causa de muerte de los mismos, por lo que se estima que los volúmenes extraídos son mucho mayores a los observados en la venta al público [2]. Aquellos animales que sobreviven son sujetos a técnicas de manejo que no alcanzan estándares mínimos de bioseguridad y bienestar animal. Además, su comercio sin una supervisión de parte de CITES significa la generación de una potencial de transmisión de patógenos en nuevas áreas geográficas [3].

Figura 1: Chelonoidis denticulata ‘tortuga motelo’ en el Centro de Rescate Amazónico (CREA) en Iquitos-Perú , uno de los reptiles más traficados de las zonas tropicales, según World Conservation Society (WCS).
Fotografía: D´yanira Patiño
Magali Salinas, fundadora y presidente de la ONG Centro de Rehabilitación y Conservación de Animales Silvestres Amazon Shelter (CRCAS) que promueve la conservación de la fauna silvestre proveniente del tráfico ilegal de especies entregados por la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) y/o de manera voluntaria por las personas que acuden directamente a ellos, mencionó en una entrevista dada a través de emisora de radio Exitosa: “Al no contar con el sustento para poder velar por el bienestar de estos animales, es muy posible que los vayan a dar eutanasia”.
En Perú, encontramos 143 centros que albergan a fauna silvestre tales como centros de rescate, zoológicos y zoocriaderos. El rol de estos centros es conservar, rehabilitar y liberar (si se dan las condiciones) a animales decomisados (Figura 1). Actualmente, estos se encuentran en una emergencia que están enfrentando día a día ya que los centros tienen sus principales ingresos y sustento en las actividades de turismo extranjero y/o local, voluntarios y donaciones, las cuales hoy se encuentran limitadas debido a la coyuntura que estamos enfrentando [2]. Las principales necesidades que deben cubrir estos centros son alimentos, atención veterinaria y artículos de manejo animal [3], muy aparte de los servicios básicos y sueldo de trabajadores, que al igual que nosotros necesitan sustentar un hogar.
Figura 2: El tráfico ilegal de animales en Perú (2016).

Fuente: RPP
Ante esta crisis, SERFOR ha lanzado una campaña nombrada Ellos también nos necesitan, donde buscan promover la donación de dinero a través de una cuenta bancaria. Sin embargo, la población no se encuentra en una situación estable para realizar donaciones, por razonas obvias. Según Magali Salinas, el Estado debió enviar primero un aporte directo para controlar la crisis antes de llamar a la acción voluntaria; además de considerar un plan que permita que estos centros puedan sostenerse en los siguientes meses, considerando que no habrá ingresos por el turismo.
La conservación de estos animales está fundamentado en el Convenio de Diversidad biológica que decreta los derechos soberanos de las partes, es decir, los países pertenecientes al convenio como lo es el Perú, sobre sus propios recursos biológicos que son responsables de la conservación de su diversidad biológica y de la utilización sostenible de sus recursos [2, 4, 5]. En la el caso de la diversidad biológica, su conservación ex situ que hace referencia a la conservación de los componentes de esta fuera de sus hábitats naturales [5].
Por el momento, queda seguir apoyando a través de esta iniciativa, ya sea de forma de directa a través de las siguientes cuentas bancarias (Figura 2) o compartiendo esa información. En estos momentos difíciles queda claro que los animales nos necesitan.
Figura 3: Campaña Ellos nos necesitan (2020).

Fuente: SERFOR
REFeferencias:
1. WWF/Dalberg. Fighting Illicit Wildlife Trafficking. WWF Report. 2012.
2. SERFOR. Estrategia Nacional para reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestres en el Perú 2017-2027. J Chem Inf Model. 2019;53(9):1689–99.
3. WCS y SEFOR. Manejo de animales silvestres decomisados o hallados en abandono. 2017. 54 p.
4. Wildlife Conservation Society. Percepción urbana sobre el uso y comercio de animales silvestres vivos . Participación comunitaria. 2016;35.
5. Naciones Unidas. Convenio sobre la diversidad biológica naciones unidas 1992. 1992 p. 30.